camisonrosa

viernes, octubre 28, 2005

todo va a estar bien...

“Exorcismo se escribe con una x, con c y luego s”

Ian Curtis (q.e.p.d.)

(please)

Todo va a estar bien...


When routine bites hard and ambitions are low
and resentment rides high but emotions won't grow
And we're changing our ways, taking different roads
Then love, love will tear us apart again...

Ian Curtis

Abandono una idea anquilosada, refrita (en aceite negro de garnacha) y me alejo un poco de lo que hasta hace unos meses parecía un ideal decisivo.

La ruta de mis coincidencias me ha llevado a descubrir nuevos rumbos, en recorridos aleatorios por la memoria. La imaginación y la puesta en escena (virtual, cerebral) de un dulce porvenir (donde parece haber un soundtrack con colaboraciones de lamb, zero seven y air).

Continuar por la ruta del abandono, apegarse al mismo tiempo al sentido de pertenencia, de robo, ultraje y violación del territorio psíquico de aquel, a quien la suerte parece poner de frente a uno, justo como la historia bizarra de la Nueva España, en donde el esposo victima de infidelidades conyugales, decide salir todas las noches a matar al primero que se le atraviese, -aconsejado por un mal espíritu- con la esperanza de encontrar en cualquier momento al amante de su mujer. Aquí yace presente la historia de una forma de transgresion externa, una manifestación del deseo egoísta de consumar una justicia, justicia propia, personal, porque “fui olvidado por dios” (y por sus ineptos y burócratas subordinados).

"Porque vivo en un mundo técnicamente civilizado a veces siento la necesidad de revolcarme como un cerdo"
Otto Muehl

He comprendido más de lo que puedo entender, en el ejercicio de un intrépido accionista vienés que corta su piel y fragmenta su individualidad, al tiempo que la exhibe y mutila de manera simultanea. No es un simple loco, no es pervertido, no es una presencia de humanidad nefasta, no es un mártir. Es un héroe personal que ha ofrecido su propio cuerpo, su condición y el último reducto de su humanidad, haciendo propio lo prohibido, haciendo de su cuerpo un texto y una escultura orgánica a la vez. Ha hecho de su propia vida y de su propia historia un acto, a todas dimensiones romántico por autonomasia, mítico e infinito por consecuencia, inmortal por lógica propia. Su cuerpo, hendido, lastimado, torturado por su propia naturaleza se convierte en un monumento histórico y alcanza la belleza más allá de la categoría grotesca, de la estética del shock, de lo feo. Alcanza la belleza cuando consuma la hiperbolización de su propia muerte, cuando monumentaliza el dolor y el sacrifico de su propia materialidad y se vuelve grandilocuente, convirtiéndose el sacrificio en un sumum poético de cualidades excelsas. Sublime.

El abandono entonces se vuelve simplemente bello.

I have forgiven Jesús
Morrisey, You’re the quarry

Ese abandonado pensamiento parece entonces convertirse en la simulación de un universo propio, en el cual las paredes de los bunkers se levantan para no dar cabida a más factores externos que puedan herir, ya no la materialidad del cuerpo físico, sino la psique ultrajada por todos esos factores que encontraron lugar en los recovecos neuronales que habrían sido preparados previamente.

La fe y el sentimiento de esperanza (los cuales según mis ideas no son necesariamente lo mismo) actúan simultáneos en una aparente analogía con un sistema inmunológico (lógico, muy lógico) de anticuerpos corporales que defienden nuestra salud del contagio de otras cosas. Factores. Enfermedades. Violaciones externas a nuestra capacidad de almacenamiento y resguardo interno. Espacios que atentan contra nuestra inmunidad.

Violaciones de nueva cuenta y al final de cuentas.

La fe puede presentarse entonces como un nuevo mecanismo de dolor y una especie de flagelación al cuerpo mismo, al ente psíquico. La caída de la esperanza puede reflejarse en la enfermedad, (real) en el rostro, en las palabras y en la manera de arrastrar los pies cuando caminas.

“Si todo fuera como tu deseas que sea entonces la vida no tendría sentido”
Fuente omitida por el administrador de este texto

Absolutamente ilógico, absolutamente infundado. Me niego rotundamente a creer eso. Si se pregunta a cualquiera es obvio que no escogerá la vía difícil, por eso es que solo existen pocos Neo’s.

Me arriesgo a pensar que la sola idea de esta frase, me hable de una forma plana de justificar la existencia y la vida de la gente, de ahorrarse problemas y emular postulados con ganas de abrir clubes de optimistas.

“Por que ya no hay que argumentar más líneas de amor, solo abrazos” Reverie loves you!!!
petit sommeil reverie

Últimamente he vivido haciendo caso a esta idea. He pensado que la utopía de la felicidad puede ser propuesta como única línea de argumentación para lograr la salvación de la humanidad, o por lo menos de aquel sentido de lo orgánico tan promovido por mi propia naturaleza en los últimos tiempos.

Cuerpo que me hiciste mal pero te quiero tanto...

He tratado de defender a todos dientes, la idea de que no puedo abandonarme a la experiencia humana filtrada por un medio. A que no debo de ceder mi naturaleza humana, mi ansiedad y mis más animales formas, a un aparato y un soporte de efímeras condiciones...pero heme aquí bloggeando de lo lindo. Por la economía del medio, por la pluralidad y el servicio, buenas noches vuelva pronto, muchas gracias...

Al final regreso a ese abandono y me siento como Ian Curtis, me siento como Goethe (y como su Werther también), me siento creepy (...i feel creepy, so much creepy...) y quizás tenga que ver con el hecho de que por fin comienzo a entenderlos.

Entonces, más ansioso que nunca estoy por volver a ese estadio de esperanza, a esa revelación de luces blancas.

Y creo que de cualquier forma, con toda la esperanza (la esperanza de la ciudad de la esperanza), no podré recuperar el tiempo, el valor y los momentos (las ganas, el ímpetu y la esperanza misma) de lograr el anhelado porvenir. Las mismas que había experimentado hace unas horas y que de pronto mi neurosis abandona.

Mientras eso llega trato de repetirme en la cabeza la frase que escuchaba durante un inmenso momento de caos:

“Todo va a estar bien...todo va a estar bien...”

...mientras yo estaba parado frente a una multitud de miles de jóvenes excitados, alcoholizados, drogados y eufóricos. Jóvenes nada más.

Isaac Torres
México D.F.

love will tear us apart again

When routine bites hard and ambitions are low
and resentment rides high but emotions won't grow
And we're changing our ways, taking different roads

Then love, love will tear us apart again
Love, love will tear us apart again

Why is the bedroom so cold? You've turned away on your side
Is my timing that flawed? Our respect runs so dry
Yet there's still this appeal that we've kept through our lives

But love, love will tearus apart again
Love, love will tear us apart again

You cry out in your sleep, all my failings exposed
And there's tast in my mouth as desperation takes hold
Just that something so good just can't function no more

But love, love wil tear us apart again
Love, love will tear us apart again
Love, love will tear us apart again
Love, love will tear us apart again

miércoles, octubre 26, 2005

lenguajes encriptados

posibilidades infinitas de decir las cosas más tontas, las más vulgares, maquillar la verdad e hiperbolizar la poesía...

escuchas eso ... ese vacio del medio... es raro...

ruido blanco... que cagado... se escuchan tres medios a la vez...

no se es como si por telefono suplieramos con el lenguaje local cosas que nos podemos decir con cuerpo presente...con los ojos, la boca, las pestañas, pero por telefono podemos decírnoslos...

love will tell us apart... again...











domingo, octubre 23, 2005

pestaña

cuando te vea te lleeré las pestañas...si te dejas ver...y te dejas

martes, octubre 18, 2005

frenesi de consumo

i just feeling like Carrie from Sex and the City...

hoy me pagaron, mi primer sueldo. He permanecido en tal aparente felicidad desde que estas pequeñas buenas ondas me han llegado a la vida que parece ser que las cosas van fluyendo...algo asi como la marea que remueve las embarcaciones en mar abierto...

alguien por ahi me ha hecho feliz en estos dias. no puedo negar que el dinero, el dia de hoy, ha contribuido a eso también. mi otra parte se debe a mi conexión (que aunque limitada) me ha dado la oportunidad de estar aqui..escribiendo y recibiendo sus llamadas...

mi otra parte de felicidad, la que asemeja a un chocolate a un buen cocktel del barracuda es el frenesi de consumo. participe la tarde entera del día de hoy, recorriendo piso a piso una de las que podría llamarse vergonzosas psicogeografias de la ciudaa: las boutiques del centro historico. el sears, ha decir verdad, pese a su carencia de cosas padres, parece ser uno de los predilectos, esta padre, buena vista, (excelente de hecho) agradable demaular y por supuesto, rebajas...increibles rebajas en zapatos...

he gastado casi la mitad de mi sueldo en zapatos. he comprendido a las mujeres que se deleitan comprando calzado, he entendido que todo, uno a uno y poco a poco, se complementa e integra esa felicidad por la que he venido atravesandoen estos ultimos dias.

buen ejercicio el de comprar zapatos...hasta el 31 de octubre (bendito octubre con 31 dias) la oferta continuará...compra tres pares de zapatos y el más economico será gratis...

venga...pues

good day sunshine

hemos emprendido, simplemente, una nueva empresa, una especie de sortilegio extraño en donde..de algún modo, sigue reinando el medio...y nuestra naturaleza humana, al parecer, nos pide a gritos la salvación por todos nuestros amigos, o por lo menos de los mas cercanos, o por lo menos de los que estamos aquí, atorados entre el mensaje y lo que decimos y no decimos

hoy, simplemente decidimos atravesar la brecha de un día a otro, hablando, hablando nimiedades, conversando (casi horas) por largo periodo de tiempo, pinponeando results, en una especie de searching dentro de nuestras cabezas...ojala que todo eso tuvies un buen resultado...

he decidido preguntarme por que hoy, todavía hoy, pareciera, de maneras cabalísticas, que mis relaciones humanas esten mediadas por el aparato ...no puedo verte, pero podemos seguir aqui, pegados al telefono.

raro, muy raro. como las canas de maussan...

ojala pronto podamos vernos, todos..y entonces darnos un gran abrazo y decirnos de una puta vez quien es quien

como es que queremos comernos, en salsa, en mole, con pan o con tortillas...

apoya a los chiapanecos...son la banda

matenme por que me muero

Hoy soy feliz. Simplemente feliz, por que he estrenado mi conexión a Internet en casa, y junto con ella una línea telefónica, después de 8 años sin teléfono en el hogar. Mi vida, así, de este sencillo modo, cambia de un tajo. La caminata nocturna para llamarle a la muchacha desde el público de “moneditas”, el sufrir por que la tarjeta de teléfono se acaba y todas esas precariedades vividas desde hace ya años, hoy, han desaparecido. Con ellas desaparecen también mis visitas al Café Internet de la esquina, en el que me atendían de maravilla y de vez en vez me tomaba una dulce chela Victoria (a tu salud).

Mis planteamientos acerca de los Cafés Internet como espacios de intercambio y como futuros centros de encuentro quizás desaparecerán, al conectarme en mi individualidad, al separarme de mi mundo para encontrarme de nuevo con el, en una conexión a 512 (en mi país le llaman banda ancha y mis primos japoneses se cagan de la risa de eso). Ahora más que nunca parezco estar completamente disponible para cualquiera, al teléfono, al msn, al celular, al correo-e, al blog... por todos lados.

Mi felicidad se nubla de pronto al extrañar, ya en mi primer día, la salidita nocturna al teléfono de moneditas, sufrirle por el cambio, por el frío, por el miedo. Hoy sustituyo eso por mi comodidad, por mi bienestar y por la inmediatez. Al tiempo en que reflexiono esto pienso en que ese mismo sentimiento, debe haber invadido a más de uno en algún remoto pueblo, en donde dejo de caminar una hora para llegar a su casa desde que ampliaron el camino y abrieron carretera. Seguro que sintió nostalgia. Seguro.

Ahora pienso en el respaldo del medio, repaso los conceptos de los que platicábamos en donde las chapatas el sábado en la noche. Ahora le llamaré desde la comodidad de mi casa y ella podrá llamarme, a la medianoche, a la hora que quiera (si me encuentra).

Me he acordado de alguna extraña relación que tuve, muy infante, con una chica no menos loca de lo usual, que me llamaba todas las noches, sin falta, para hablar horas y horas de nada. Mi filtro es la comunicación, la bocina del auricular (y ahora el speaker haciéndolo más orgánico) pero a veces ni siquiera hay mucho que decir. Otras veces hace falta no hablar de nada, pero siempre este pequeño escudo mediático me protege. Eso me hace sentir nervioso (quizás sea lo orgánico de la voz) pero aún hoy, luego de muchos años, me sigue fascinando la idea de que alguien, un tanto lejos, este conectado conmigo por un aparato.

El msn nos protege más y el correo e nos da las infinitas posibilidades de persuasión y nos permite desenvolvernos más de lo normal, quizás más de lo sano, pero igual no importa, solo sabes qué pasa si te contestan. Si escribes lindo es seguro que contestarán.

Obviamente mi odisea electrónica entrará en una nueva fase para mi. Los recovecos rizomáticos de la web serán terrenos vírgenes, en un espacio que podré recorrer sin pensar en el tiempo que me queda, en si ya rebase la tarifa que cubre una hora y todo eso. Pero ahora no tendré de quien esconderme cuando baje el porno, o no podré asomarme de reojo a ver la conversación del vecino de a lado, quien hostigosamente seduce a otro guey con identidad de chica cibernética.
Pero mientras levanto la bocina o doy vueltas por ahí, esperando llamar, las mariposas me siguen invadiendo la pancita, mezclándose con los retortijones de la gastritis (o colitis) gratuita, incluida en la promoción de dos meses de tacos trasnocheros. Creo que sigue hormigueando, igual que la sensación de emoción cuando ves el correo de cierta persona en el inbox de tu cuenta de yahoo, el cual decides abrir hasta el final de todos, ampliando tus expectativas, frenándolas en slow motion, que quizás pueda moverte, y conmoverte hasta la lagrimita.

Y creo que todas esa pequeñas cosas aún no cambian, por que mi pequeña parte humana (la que aun me pide comer, ir al baño, enamorarme o competir), no ha sido del todo vencida, por que existe el medio, existe el filtro y su intermediación que me hace sentirme transformado, pero aún no existe el poder de mediarme por completo. Mi voz (y su voz, y la de todos, y las palabras y sus significados) aun siguen pareciéndome orgánicos. Y las relaciones entre mi y todos los demás, mediadas por estos filtros, hoy todavía deben de ser humanas de algún modo.

Y me conmueve pensar que Sonny, (ese mórbido roboto NS-5 de la película I Robot), tuviera ganas de ser distinto y de ver y sentir como ser humano. Y entonces creo que a cada mediación, a cada conexión algo de mi se va por esta invisible línea.

Mátenme por que me muero. Igualmente soy feliz, o sigo siendo feliz, por el momento.
Oct.17

viernes, octubre 14, 2005

de chabacano a auditorio...

De chabacano a Auditorio...
El día en que mi capital me espantó

Hoy la ciudad me espantó. No la odié, no blasfemé contra ella, simplemente me espanté. La lluvia tuvo la culpa.

A menudo cometo la tontería de elegir caminos “alternativos” hacia el rumbo al que me dirijo, sin importar que tal vez pueda llegar más fácil por “la ruta oficial”. Antepongo la comodidad, la cantidad de calles que tendré que caminar, el paisaje al que me someteré, los riesgos “virtuales” (pues aún no han sido vividos) y algunas experiencias previas.

Básicamente me refiero al transito en metro, al rechazo a trasladarme en un medio en el cual sufriré de calor (lo cual odio y me abruma). Donde tendré que bajar y subir escaleras, formarme para comprar boletos, emprender cacerías furtivas por asientos libres para después donárselos a viejitas, mujeres embarazadas y alguna que otra chica guapa.

Antes no era así. Antes no había rechazo al metro (salvo en horas pico). Incluso aún disfruto algunos viajes, pero en horarios tranquilos, en rutas largas e inevitables (sentado) o quizás en viajes cortos y sumamente necesarios. El problema es que la gente me rebasa, la multitud llena los pocos huecos vacíos, la masa violenta le quita los últimos velos de magia y belleza a aquello que pudo ser un trayecto de viaje trascendental subterráneo. Además el calor, ese calor...sucio, de sudor, de pedos...creo que ya es demasiado.

Estaba en Chabacano, en la línea 8 que va directa a mi casa, a Garibaldi (debo confesar que odio esta estación de noche). Había tanta gente durante mi ida y el tren venía tan lento, que dude más de una vez regresarme por el mismo modo. Pensé en el tiempo que haría de vuelta, en la lluvia al salir de la última estación, en el “chaca” pululando por las avenidas del aledaño “barrio bravo”. Atravesar Reforma, lidiar con los autos, oscuridad, humedad...y entonces me dije: Sale! Bye...mejor me voy pa Centro Médico y de ahí a Guerrero. Fácil, más a gusto, la línea 3 no tiene estaciones externas, por lo que deduje que no habría problemas en la circulación de los trenes. Y pura riata, el tren estaba parado, no había luz, mucha gente, mucho calor, mucho fuchi. Arranque desatado de chilango, me salí del metro y pensé en irme caminando por la Roma hasta Insurgentes, hueva de regresar a transbordar e irme a Chilpancingo.

Salí de Centro Médico, la lluvia no era intensa pero era castrosa, permanente. Caótica (como la ciudad). Un coche y una camioneta chocaron frente a mi, algo leve pero quizás alarmante, la gente loca, mojada, loca, loca, loquita. Tomé un pesero que se iría derecho y me podría interceptar con Monterrey, para tomar uno más que me llevara a Reforma. Mi primer ruta “alternativa” se había frustrado.

Al cruzar Monterrey dude en bajarme, el pesero se tardaría mucho, quizás ni siquiera llegaría, y mientras la lluvia me iba a empapar. Entonces opté por Insurgentes. Insurgentes es un caos, un desmadre, una locura. Fuchi otra vez. El Metrobús no se suspendía por la lluvia, pero la cantidad de gente que transportaba era una barbaridad, la gente que lo esperaba era más todavía, de la que venía en el camión. Atravesé la avenida desorbitado y confundido, más mojado, mas malhumorado. Me tapé bajo un toldo y me hice a la idea de que mi ruta sería Metrobús. No tenía elección y mientras, me anticipaba a caminar otras tres cuadras al bajarme, para abordar el pesero de Reforma (por que el bendito Metrobús decidió poner la estación Reforma a 2 cuadras de la avenida del mismo nombre, no sobre la avenida propia).

Al atravesar la calle y caminar una cuadra más para comprar el “boletito” del Metrobús, me enfrenté a la no menos monumental fila de aproximadamente 50 personas, bajo la lluvia, con la electricidad que se genera en una avenida con anuncios, teléfonos, autos, en donde todo lo metálico te da toques. 50 personas, que sumadas a las 80 que esperaban el camión en la estación, y a las otras 90 que venían arriba del camión provocaron en mi la reacción de huir, lejos, no se a donde, quizás a la lluvia, que se estancó y que hoy, gracias a un mentado Stan (huracán maldito) se las cobraba dobles a la Ciudad.

Mi tercer ruta “alternativa” había fracasado. En ese momento pensé que si hubiese decidido enfrentarme a ese vagón, que lento, pero seguro, llegaría a Garibaldi, a ese cruce, a esa lluvia y a ese chaca, seguramente en ese momento ya estaría en casa, mucho menos mojado y mucho más tranquilo.

Me subí al metro Chilpancingo (por que eso si, puedo afirmar que en todas las esquinas hay una alternativa), me fui a Tacubaya, para Chapultepec y tomar por fin ese dichoso microbús de Reforma, directo, derechito a mi casa. En el camino a Tacubaya decidí que sería mejor irme a Auditorio, lo cual estaría más seguro. Moría por una coca cola, por sentarme en el puto asiento y ver por la ventana del microbús. No me importaba cuanto tiempo más haría hasta mi casa, solo quería saber que el camino sería en línea recta y que no tendría que cambiar de nuevo de ruta. Porqué?, simplemente por que las alternativas ya se habían agotado.

No hubo coca cola. Cuando miré mi reloj habían pasado poco más de hora y media desde que había llegado a Chabacano, a las siete y media de la noche.

Ahora es de noche y ya estoy en casa, ya me cambié mis calcetines mojados y me comí un sándwich. Hoy descubrí con gran claridad y tristeza al mismo tiempo, que a esta ciudad le sobra gente (ahora si, y es definitivo). La lluvia tuvo la culpa. Y pensar que ese cielo gris por la tarde se veía tan londinense, tan inspirador y tan romántico.

isaak torres/df/1982
 

ojala pronto podamos vernos, todos... y entonces darnos un gran abrazo y decirnos de una puta vez quien es quien...